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JJI 2017: Roy Arturo Casañas Rigoli, obtuvo un reconocimiento en Encarnación, Paraguay

  • 21 Noviembre, 2017

roy

El alumno de la carrera de Arqueología de nuestra Facultad, participó de las Jornadas de Jóvenes Investigadores de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo (AUGM), y uno de cinco trabajos reconocidos, pertenece a él.

Luego de su regreso a la provincia, decidimos mediar con él unas palabras para que nos relate un poco más sobre su participación, la técnica  y procedimientos empleados para el registro de muestras arqueológicas, los alcances y limitaciones de la misma y su relevancia para el campo científico.

 

¿Cómo son las etapas de la investigación museográfica?

-En Arqueología, tenès  para la parte inicial que consiste en la búsqueda de antecedentes sobre el trabajo a realizar. Luego está la etapa de campo, donde uno recolecta sus propios datos propios. Y por último, la interpretación  de los datos obtenidos.

En el trabajo que vengo realizando se recolectan estos datos que son propios del ámbito audiovisual y  bidimensional, donde se analiza una porción de la realidad la cual es bastante acotada. Como tu registro es acotado,  porque los datos no son representativos de la totalidad del objeto a analizar, lo que yo hago es a partir de datos bidimensionales, crear un objeto tridimensional.

¿Es la primera vez que se trabaja con técnicas tridimensionales para registro?

-A nivel nacional hay muy pocos trabajos .En La Plata hay trabajos similares, más relacionados  al mapeo de sitios. Otras disciplinas como en Geología, también se hacen trabajos similares.

¿Cómo influye  el análisis de las muestras, en el momento  que por ejemplo, las analicen los estudiantes en las diferentes materias que cursan?

-Uno  tiene ciertas a la hora de trabajar con las muestras. Como son objetos patrimoniales, en los que hay que tener cierto cuidado con su conservación, pero también si uno tiene cierta seriedad y sigue un protocolo, puede acceder a ellos. Hay veces que  vas a obtener datos sobre cierta pieza, y quizás los datos que obtengas sean suficientes sin la necesidad de acceder a los objetos. Pero otras veces la calidad de los datos que obtenés sobre el objeto que estás investigando es insuficiente, entonces es imprescindible trabajar con la pieza concreta.

Y sobre los objetos que investigás ¿encontraste alguna dificultad en el procesamiento tridimensional de los objetos analizados?

-Todo depende de la forma de los objetos. Hay algunas que son muy complejas como la parte interna del aza de una vasija, cosa que es complicada de captar para una cámara, como también es difícil de fotografiar el interior de una vasija, porque no entra una cámara en su interior. Otro límite que vimos, es la complejidad de captar con precisión las plumas de los objetos. El trabajo apunta a ver qué posibilidades tiene el registro tridimensional, y cuáles son sus limitaciones. Todo depende de la morfología de las piezas, si son visibles o no, las superficies a fotografiar.

Y un poco siguiendo con esto de los registros en sí, ¿cómo funciona el software Agisoft Photoscan?

-Lo que hace es que a partir de fotos convencionales como las bidimensionales, extraer, mediante  datos que se guardan de cada foto que uno toma, los cuales son parámetros internos como ángulo, distancia focal en común entre las fotos tomadas, que sirven para poder reconstruir modelos tridimensionales de los registros. Básicamente el software compara un set de fotos sobre un mismo objeto, y mediante algoritmos y cálculos matemáticos, extrae puntos en común para construir la imagen tridimensional, de los registros bidimensionales. El problema es cuando trabajàs con piezas fragmentadas o difíciles de manipular por su desgaste. Ahí nos la ingeniamos construyendo un soporte para poder fotografiar los objetos desde diferente ángulo.

Es una técnica que tiene relevancia para la investigación arqueológica, para obtener datos o para la difusión museográfica que creo que es el área donde más potencial tiene este registro. Esto posibilita que cualquier persona en cualquier actividad, pueda acceder a estos registros. Esto une la academia, con la comunidad toda.

Concretamente ¿qué aplicaciones prácticas tiene el uso de esta técnica?

Es muy útil en muchos sentidos. Es útil para los arqueólogos, biólogos, geólogos, para la medicina. Atraviesa muchas disciplinas y podés aplicar la técnica en cualquier disciplina que vos consideres que un registro tridimensional pueda resultarte útil.

Respecto a la muestra tridimensional ¿es necesario contar con tecnología de punta para visualizarlas?

Respecto al hardware no es imprescindible. Pero cuanto mejor sea el equipo fotográfico, mejor resultados se obtendrán en el relevamiento tridimensional. Pero con una cámara promedio se puede hacer tranquilamente. Respecto al uso de una computadora, no es necesario contar con una súper computadora, pero sí con una que mínimamente soporte el software necesario como es el Agisoft Photoscan.

Y necesitaste en ese caso, de alguien que te ayude para poder llevar a cabo esta técnica de registro?

-Sí. Quien me acompañó en mi investigación fue Lorena Cohen. Es la encargada del área de reserva del Instituto de Arqueología y Museo. Me ayudó respecto a qué objetos elegir para el registro, cómo elegirlos, qué interrogantes de desentrañaban de cada registro. Y en cuanto a la metodología, también me ayudó Darío Albornoz, el cual es encargado del ISES (Instituto Superior de Estudios Sociales CONICET) en la parte fotográfica. Me ayudó mucho para determinar cuáles son las ventajas y limitaciones de esta técnica fotográfica.

Finalmente ¿qué experiencias pudiste llevarte de todo esto?

Fue una experiencia muy buena Nunca había participado de una jornada de nivel internacional. Conocer las actividades que realizan otras disciplinas en otros países para ver cuáles son los horizontes que se persiguen en lo científico, es muy interesante. Además tuve mucho apoyo tanto por parte de  las autoridades de  la UNT, como también de quienes me acompañaron en la investigación como fue Lorena Cohen y Darío Albornoz.