Según la psicóloga Carol Dweck existen dos tipos de mentalidades que definen nuestro pensamiento: la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento. Sostiene que los individuos pueden ser colocados en un continuo de acuerdo con sus puntos de vista personales acerca de donde proviene la capacidad de cada uno. Algunos creen que su éxito se basa en una capacidad innata; éstos se dice que tienen una teoría «fija» de la inteligencia (mentalidad fija). Otros creen que su éxito se basa en el trabajo duro, el aprendizaje, la formación y la tenacidad, entendiendo esto como un «crecimiento» o una teoría de «incremento» de la inteligencia (mentalidad de crecimiento). En su libro “Mindset”, describe que las personas con mentalidad fija piensan que su inteligencia y talento son estáticos y no varían con el trabajo duro, tratan de evitar errores (y por lo tanto, desafíos), no se fijan objetivos y les molesta el éxito de otros. Las personas con mentalidad de crecimiento, por otro lado, ven el esfuerzo como el camino para el aprendizaje, creen que los objetivos difíciles son buenos para el desarrollo de sus competencias, aprenden de la retroalimentación, es decir de escuchar a los otros y ven el éxito de los demás como oportunidad para aprender, ya que encuentran inspiración en otras personas.
En las investigaciones de Dweck enseñan que al salir de la zona de confort para aprender algo nuevo y difícil, las neuronas del cerebro forman conexiones nuevas y más fuertes. Para ello necesitamos profundizar nuestro autoconocimiento para poder tomar mejores decisiones, por lo que debemos ser capaces de reconocer nuestras emociones y los pensamientos subyacentes para decidir nuestro comportamiento y modelar asì nuestro rendimiento.
La buena noticia es que podemos tomar conciencia de nuestra mentalidad y cultivar una actitud abierta a los cambios que nos permita pasar de ser meros divulgadores de contenidos a transformarnos en diseñadores de experiencias de aprendizaje.
Una clave para promover nuestra mentalidad de crecimiento es reconocer progresos y esfuerzos, hacer foco en el proceso y en las personas, tomar riesgos y establecer objetivos que nos desafíen. Debemos ver los resultados deseados como un subproducto del esfuerzo y del uso de las estrategias adecuadas. Debemos permitirnos los errores como parte natural del proceso de aprendizaje, tomarlos como verdaderos desafíos que nos impulsen a buscar què podemos hacer de un modo distinto la próxima vez, identificar lo que hicimos bien para usarlo en otras oportunidades y compartir con otros nuestras experiencias para buscar la mayor cantidad posible de vistas del punto.
En este sentido, este tiempo representa una enorme oportunidad para involucrarnos en una reflexión profunda individual que dé paso a los planteos de nuevos objetivos comunes para superar la crisis que atraviesan nuestros sistemas educativos.
Recordemos como una gota que cae sobre una superficie de agua genera ondas concéntricas que cambian el estado de las gotas vecinas, propagándose en círculos cada vez mayores.
Salta…ya aparecerá el suelo (dicho del Pueblo Navajo)
Bibliografìa:
• Dweck, C. S. (2006). Mindset: The new psychology of success. New York: Random House.
• Dweck, C. S. (2012). Mindset: How you can fulfill your potential. Constable & Robinson Limited.
