Ante todo muchas gracias por esta invitación a pensar. Es un momento en que necesitamos pensar, reflexionar sobre lo que sucedió en 2020 y capitalizarlo para poder avanzar mejor, o de manera más asertiva durante el 2021 y el futuro. La enseñanza mixta, híbrida, dual... "combinada" le llaman algunos documentos oficiales en la Argentina desde el Consejo Federal de Educación; es una modalidad de enseñanza pero principalmente -creo yo- lo es de aprendizaje. Por eso me parece especialmente útil y preciso que podamos investigar, conocer y apropiarnos de la historia y enseñanzas que nos puede dejar el blended learning o b-learning, fundamentalmente por el learning. Porque creo que es el momento de prestar atención a estos pequeños grandes detalles pedagógico - didácticos, que pueden orientarnos por distintos caminos en Educación. Darnos la posibilidad de pensar en términos de aprendizaje y no sólo de enseñanza, nos corre del lugar del sólo "enseñante" diría Alicia Fernández, y nos hace focalizarnos en el "aprendiente" (términos que ella utilizó ampliamente), como aquel protagonista del hecho educativo. Considerando esto, o poniéndolo sobre la mesa, entonces podemos pensar en ese formato de enseñanza"dual", con un grupo en formato presencial y otro a distancia (o virtual, sincrónico) observando o siendo partícipes de la misma clase. Es posible, a todas luces sí. Es recomendable, la respuesta lisa y llana es "depende". Detallo sólo tres aspectos que me parecen determinantes en una experiencia de estas características (misma clase para grupo presencial y virtual sincrónico), y que nos llevarían a pensar si es recomendable o no para una determinada situación.
1) El aspecto tecnológico: la disponibilidad y calidad/actualización de los de equipos, espacios, mobiliarios, iluminación, acústica, calidad de conexión, etc. deben ser preparados en orden a la exigencia y expectativas sobre la clase, y ser garantizados por parte de la institución.
2) El aspecto organizacional: la disponibilidad de personal de soporte por parte de la institución, ayuda técnica, auxilio ante situaciones inesperadas, etc. es crucial de tener en cuenta a la hora de poner en marcha una estrategia de estas exigencias para el cuerpo docente.
3) El aspecto pedagógico: la posibilidad de pensar en una clase dual es (como decíamos) exigente a nivel docente, principalmente si nos orientamos a pensar la clase en términos de aprendizaje y no sólo enseñanza. Ensayar metodologías activas en esta modalidad será de particular importancia. La clase magistral, o el formato de sólo exposición es sin dudas el que mejor se amolda a la modalidad en cuestión, sin embargo, aún asegurados los aspectos tecnológicos y organizacionales, resta desarrollar, acordar, y aprender sobre la experiencia también en este tercer aspecto pedagógico. Las habilidades y competencias digitales a nivel de docencia serán las que puedan elevar la calidad de la experiencia para los alumnos, junto con su expertise en el tema que enseña.
Como decíamos anteriormente, dependiendo de nuestras posibilidades sobre estos tres aspectos (y otros muchos que podamos reflexionar y poner sobre la mesa para contextualizar la propuesta) será nuestra conclusión sobre los posibles riesgos que afrontamos. Es importante considerar la posibilidad también -desde mi perspectiva- que no todas las clases deben realizarse bajo la misma modalidad, quizás sea momento de habilitarnos posibilidades para una multimodalidad, que con los pies en la tierra, mire hacia el futuro a mediano y largo plazo.
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Prof. Dr. Pablo Bongiovanni
www.pablobongiovanni.com
